domingo, 16 de septiembre de 2012

QPR 0 - 0 Chelsea

Prevenir y curar


Pese al pinchazo en Loftus Road, el Chelsea continúa como líder en solitario de la Premier. Si miramos el casillero, los diez puntos que colocan al equipo como referencia en la liga inglesa nos hacen ver que la temporada no ha comenzado del todo mal. Quizá incluso con mejores expectativas que el año pasado. Quitando la más que olvidable actuación en la Supercopa, un empate fuera de casa -primera "no victoria" en liga-, a estas alturas y contra un rival que parece en progresión, se puede permitir. Sobre el papel, nada de alarmas. Lo que empieza a generar dudas, más allá de cualquier resultado, son los planteamientos con los que los blues saltan al verde. Son las sensaciones que transmite el equipo a medida que pasan los minutos, de tener recursos y no llegar a explotarlos.

Cuando algo no funciona bien, lo normal es cambiarlo. Ya no es sugerir que Roberto Di Matteo pruebe otro sistema fuera del habitual 4-2-3-1. Es simplemente que empiece a utilizar futbolistas que puedan rendir en determinadas demarcaciones. Se viene viendo cómo la pareja de mediocentros Mikel-Lampard no termina de funcionar, ¿qué hace Romeu sin una mínima oportunidad? ¿por qué se da salida a Meireles en el último momento? ¿por qué Ramires sigue jugando en banda cuando haciéndolo en la base aporta un mejor rendimiento? Variantes. Con la buena selección de jugadores que hay en línea atacante, y en el caso concreto del partido contra el QPR, ¿qué hacen ocupando los extremos Ramires y Bertrand? Vaya por delante que la colocación de éste último unos metros por delante de Cole llega a ser un acierto para crear superioridades tanto en ataque como en defensa, pero ante un rival teóricamente inferior, ¿qué hacen hombres como Sturridge o Moses en el banquillo hasta bien entrada la segunda parte cuando el equipo está atascado?

La temporada pasada, con un proyecto a medio hacer y una carencia de recursos evidente, llegaban a ser comprensibles muchas de las decisiones tácticas. Cuatro meses después, y con hasta cuatro incorporaciones -de las que sólo una es titular- claramente orientadas a mejorar la transición ofensiva, parece que nada ha cambiado en ese sentido. Al final puede salir bien o mal pero, cuando se tienen a disposición medios para poder cambiar cosas e intentar evitar una posible debacle, más vale prevenir que curar.


0 comentarios:

Publicar un comentario