lunes, 19 de marzo de 2012

Gran semana

Parece que la “llegada” de Roberto Di Matteo al banquillo del Chelsea ha supuesto un nuevo soplo de aire al equipo. Desde que el segundo de Villas-Boas se cogiera el testigo del banquillo Blue, los de Fulham Road no conocen la derrota. Cuatro victorias consecutivas que han relanzado al equipo, sobre todo anímicamente, y que mantienen vivas las aspiraciones a las que pueden optar.

Roberto Di Matteo (1970)
Concretamente, ha sido la última semana la que ha supuesto el punto de inflexión. Digamos que ha sido la semana clave para seguir luchando por salvar una temporada tirando a gris. El miércoles se ganaba al Nápoles tras forzar la prórroga, consiguiendo el pase a cuartos de la Champions League, y el domingo se goleaba al Leicester (5-2) para meterse en semifinales de la FA Cup. El equipo es el mismo, los jugadores son los mismos, las competiciones a disputar son las mismas. ¿Qué ha ocurrido entonces para que la cosa haya cambiado de color? La teoría más aceptada, y que va tomando más fuerza, une dos suposiciones. La primera es que los futbolistas, en su mayoría, no estaban de acuerdo con los planteamientos de Villas-Boas llegando a obstaculizar su trabajo. La segunda, que el propio técnico no fue capaz de lidiar con la situación y sacar el asunto adelante.

Sea como fuere, y teniendo en cuenta que el cambio futbolístico no va más allá de una modificación en el sistema táctico (pasando del inamovible 4-3-3 de AVB al 4-2-3-1), la motivación y la actitud con la que encara el equipo los partidos es otra. Los “célebres” momentos de pasividad han dado paso a tramos de intensidad no vistos antes. El Chelsea ha vuelto a creer, y lo ha hecho en el momento clave. El punto en el que un fallo puede dejarte fuera de todo.

El caso es que esta última semana solo representa el principio. Lo que viene en los próximos días se presenta como la segunda cordillera que los Blues tienen que escalar en menos de un mes. Manchester City y Tottenham como próximos enfrentamientos en liga, sumando la ida contra el Benfica en Champions. No hay ningún partido menos importante que otro. No hay especulación posible. No hay tres puntos prescindibles ni goles que sobren. Sin duda, lo que ha venido pasando sirve como base para encarar las cumbres. No sabemos hasta qué punto ha podido influir el trabajo motivacional de Di Matteo, tampoco si han sido los propios futbolistas los que se han dado cuenta de lo que se juegan. Lo que sí sabemos es que la reacción ha llegado a tiempo. En el partido contra el Leicester se vio a una grada de Stamford Bridge feliz, y eso es suficiente para certificar que ha sido una gran semana.

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