Parece que la “llegada” de
Roberto Di Matteo al banquillo del Chelsea ha supuesto un nuevo soplo de aire
al equipo. Desde que el segundo de Villas-Boas se cogiera el testigo del
banquillo Blue, los de Fulham Road no conocen la derrota. Cuatro victorias
consecutivas que han relanzado al equipo, sobre todo anímicamente, y que
mantienen vivas las aspiraciones a las que pueden optar.
![]() |
Roberto Di Matteo (1970) |
Concretamente, ha sido la última
semana la que ha supuesto el punto de inflexión. Digamos que ha sido la semana
clave para seguir luchando por salvar una temporada tirando a gris. El miércoles
se ganaba al Nápoles tras forzar la prórroga, consiguiendo el pase a cuartos de
la Champions League, y el domingo se goleaba al Leicester (5-2) para meterse en
semifinales de la FA Cup. El equipo es el mismo, los jugadores son los mismos,
las competiciones a disputar son las mismas. ¿Qué ha ocurrido entonces para que
la cosa haya cambiado de color? La teoría más aceptada, y que va tomando más
fuerza, une dos suposiciones. La primera es que los futbolistas, en su mayoría,
no estaban de acuerdo con los planteamientos de Villas-Boas llegando a
obstaculizar su trabajo. La segunda, que el propio técnico no fue capaz de
lidiar con la situación y sacar el asunto adelante.
Sea como fuere, y teniendo en
cuenta que el cambio futbolístico no va más allá de una modificación en el
sistema táctico (pasando del inamovible 4-3-3 de AVB al 4-2-3-1), la motivación
y la actitud con la que encara el equipo los partidos es otra. Los “célebres”
momentos de pasividad han dado paso a tramos de intensidad no vistos antes. El
Chelsea ha vuelto a creer, y lo ha hecho en el momento clave. El punto en el
que un fallo puede dejarte fuera de todo.
El caso es que esta última semana
solo representa el principio. Lo que viene en los próximos días se presenta
como la segunda cordillera que los Blues tienen que escalar en menos de un mes.
Manchester City y Tottenham como próximos enfrentamientos en liga, sumando la
ida contra el Benfica en Champions. No hay ningún partido menos importante que
otro. No hay especulación posible. No hay tres puntos prescindibles ni goles
que sobren. Sin duda, lo que ha venido pasando sirve como base para encarar las
cumbres. No sabemos hasta qué punto ha podido influir el trabajo motivacional
de Di Matteo, tampoco si han sido los propios futbolistas los que se han dado
cuenta de lo que se juegan. Lo que sí sabemos es que la reacción ha llegado a
tiempo. En el partido contra el Leicester se vio a una grada de Stamford Bridge
feliz, y eso es suficiente para certificar que ha sido una gran semana.
0 comentarios:
Publicar un comentario